Autor: Iván Prado Sejas
Datos editoriales: Primera edición en Cochabamba, 2020. Grupo Editorial Kipus.
Páginas: 134
Primera impresión: Una serie de cuentos de encuentros con seres de otro mundo.
Personajes en general: Diversos, hay personajes despreocupados, otros angustiados. Cada uno con modismos y vocabulario propio.
Estilo narrativo: Ágil, tiene narración con diálogos que enriquecen la historia.
Impresión final: No hay límites para la imaginación, ni fronteras insuperables entre mundos. Todo está conectado.
Cada que leo una historia me permito darme una licencia para imaginar el antes y el después de la misma. Todas configuran un universo propio, un mundo en el que transcurren hasta el infinito, mostrando apenas un atisbo de su inmensidad. Hay quienes creen que los cuentos son narraciones simples, más fáciles de contar. Creo que su complejidad empieza desde seleccionar ese pedacito de historia, pues decir mucho en poco, puede llegar a ser más difícil que escribir todo un libro en la que puedas retratar todo con mayor certeza. El cuento, en cambio, tiene el reto de hacerte comprender su entereza en tan solo un parpadeo. Su lógica, su historia, su vida. Es por eso que, cuando leí Vuelo hacia el infinito de Iván Prado, quedé sorprendida ante estos guiños plagados de fantasía, apenas vistazos de universos prometedores que tienen mucho más que mostrar.
Esta obra está compuesta por once cuentos de narrativa fantástica que entremezcla nuestro mundo con otros, se atreve a cruzar dimensiones y viajar en el tiempo como si fuera lo más cotidiano. Los cuentos muestras anécdotas del día a día, involucran dioses míticos precolombinos y griegos, alienígenas y seres que surgieron de nuestro propio materialismo. Entre los temas que abordan estas historias está la percepción de la riqueza y el poder, la política o la sencillez de una charla amena con alguien como Borges e incluso con el mismo Lucifer.
La ocurrencia del autor permite que uno se adentre en la historia y se lleve una sorpresa ante las ideas tan bien planteadas. Teorías, conflictos y cuestiones existencialistas con personajes fuera de lo común, personajes que tienen vida y voz propia. Por ejemplo, uno de los cuentos sitúa en su escenario a extraterrestres bebiendo en una chichería, ¿quién se imaginaría lo que ocurriría después?
El estilo narrativo es ágil, entremezcla narración con diálogos remarcados que permiten conocer mejor a los personajes. Francamente, habiendo leído otras obras de Prado, he encontrado mayor soltura en sus palabras. Un carisma que antes se asomaba tímido, ahora no teme mostrarse ante sus lectores. Me animo a clasificar esta obra como una juvenil, con mucho que profundizar a partir de elementos fantásticos.
Hay muchos problemas en el mundo en la actualidad. Muchos defectos que nuestra sociedad necesita enmendar. A veces cuesta reconocer los errores, pero la literatura es apenas un modo de poder hacerlo. Vuelo hacia el infinito es una forma amigable y sincera de denunciar algunas de estas cuestiones, manifestar en qué estamos fallando como sociedad y como seres humanos. Con la certeza de que aún no conocemos todo nuestro pasado, y la incertidumbre de lo que nos aguarda en el mañana, vivimos en una realidad con preocupaciones constantes. Dejemos entonces que nuestra mente despegue, observe el panorama debajo y aterrice dispuesta a iniciar los cambios para mejorar. Son historias de este tipo las que invitan a uno a pensar que no estamos solos, que también depende de nosotros el futuro y que el mundo es más vasto e infinito que nuestra imaginación.
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