Enter to my world, beloved readers. |
Siempre es divertido imaginar
cómo serías en 2D. Ya sea una caricatura, una pintura, un dibujo a carbón, a
colores, en pixeles, etc., hoy en día existen muchísimas formas de hacerlo
posible. Hace algún tiempo caí en una aplicación que justamente se encarga de
crear tu avatar, seguro que ya la conocen…
De todas formas, ¿eres tú
realmente? Por mucho que se te asemeje en la realidad, no siempre será
totalmente similar. Existe lo que llamamos autoestima, y eso nos impide vernos
como realmente somos. Algunas personas seguramente se modificarán detalles que
no les gusta, o se agregarán otros que preferirían. La mayoría lucirá mejor en
2D que en la vida real, jaja. Es un hecho, mientras puedas hacerlo, ¿por qué
no?
Y de ese modo ingresamos a la
vida virtual, donde somos lo que deseamos ser, o por lo menos como nos vemos a
nosotros mismos. Me he topado con avatares que nada que ver con sus originales,
pero es la percepción que tienen ellos de sí mismos, así que vale aceptarlos
como tales.
¿Estamos entrando a otro nivel de
reflexión social? Creo que sí. Estamos ante la posibilidad de transportarnos
por distintos espacios, universos y dimensiones. Ahora las interacciones no son
solo personales, sino digitales. Y es a través de estos dibujitos 2D que nos
damos a conocer a una serie de personas de las cuales no tenemos idea de cómo
son realmente son en la vida real.
Quiero decir, con avatares puedes
intercambiar experiencias, comentarios, anécdotas. Pero cada una de ellas te
aleja más de la realidad, ¿entonces son válidas las relaciones basadas en los
dibujitos 2D? Una vez más, creo que sí. Pero es riesgoso. No confiaría
demasiado en la información brindada a través de estos dibujitos.
Después de todo, en 2D, todo se
ve mejor.
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