lunes, 24 de junio de 2013

Cuando de avatares se trata…


Enter to my world, beloved readers.

Siempre es divertido imaginar cómo serías en 2D. Ya sea una caricatura, una pintura, un dibujo a carbón, a colores, en pixeles, etc., hoy en día existen muchísimas formas de hacerlo posible. Hace algún tiempo caí en una aplicación que justamente se encarga de crear tu avatar, seguro que ya la conocen…


 De todas formas, ¿eres tú realmente? Por mucho que se te asemeje en la realidad, no siempre será totalmente similar. Existe lo que llamamos autoestima, y eso nos impide vernos como realmente somos. Algunas personas seguramente se modificarán detalles que no les gusta, o se agregarán otros que preferirían. La mayoría lucirá mejor en 2D que en la vida real, jaja. Es un hecho, mientras puedas hacerlo, ¿por qué no?

Y de ese modo ingresamos a la vida virtual, donde somos lo que deseamos ser, o por lo menos como nos vemos a nosotros mismos. Me he topado con avatares que nada que ver con sus originales, pero es la percepción que tienen ellos de sí mismos, así que vale aceptarlos como tales.

¿Estamos entrando a otro nivel de reflexión social? Creo que sí. Estamos ante la posibilidad de transportarnos por distintos espacios, universos y dimensiones. Ahora las interacciones no son solo personales, sino digitales. Y es a través de estos dibujitos 2D que nos damos a conocer a una serie de personas de las cuales no tenemos idea de cómo son realmente son en la vida real.

Quiero decir, con avatares puedes intercambiar experiencias, comentarios, anécdotas. Pero cada una de ellas te aleja más de la realidad, ¿entonces son válidas las relaciones basadas en los dibujitos 2D? Una vez más, creo que sí. Pero es riesgoso. No confiaría demasiado en la información brindada a través de estos dibujitos.

Después de todo, en 2D, todo se ve mejor.

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