El cine tiene un encanto particular, sin duda alguna, y más aún cuando la película en exhibición es una de terror. No todos disfrutan de este género en particular, sin embargo, no deja de ser frecuente en la gran pantalla.
Líbranos del mal, una película de Scott Derrickson basada en la historia real de un policía de Nueva York. Aunque, vale aclarar que muchas de las historias que supuestamente están basadas en hechos verídicos, son tan distorsionadas y amplificadas que apenas llevan algo de aquel testimonio original.
En todo caso, conocemos a Derrickson por otras obras del mismo estilo, como “El Exorcismo de Emily Rose” (2005) y “Siniestro” (2012). Si bien “Líbranos del mal” contiene elementos similares, se destaca en entremezclar estos sucesos paranormales con un caso policíaco, lo que vuelve a la película más un thriller que una de terror.
La historia es interesante, los personajes llaman la atención lo suficiente como para seguirles el paso e intentar descubrir o conseguir lo que pretenden. No obstante, hay ciertos detalles innecesarios que solo están ahí para asustar, sin realmente aportar a la película. Pero bueno, ¿qué película de terror no los tiene?
El principal recurso para mantenerte a la expectativa son breves sustos con un potente audio. Esos que te hacen saltar un poco de las butacas, o que te hacen cerrar los ojos por un par de segundos. Es una buena técnica, aunque abusar de ella nunca es bueno.
Como suele pasar en este tipo de tramas, una de las cuestiones que provoca es sobre la existencia de Dios. Su mensaje final va en función a recuperar la fe y a aceptar lo que Dios ha puesto en tu vida. Lo interesante es que los personajes no están encasillados. Quiero decir, que ninguno es del todo bueno ni del todo malo. Todos presentan rasgos que los hacen humanos.
Si eres fanático de las películas de terror, te recomiendo verla aunque sea solo para probar. A veces es necesario hacerse de oídos sordos y ver por ti mismo obras que según tus amigos no valen la pena ver. Las críticas, por ejemplo, crean también un estándar en lo que todos consumimos, ya que nos dicen qué es bueno y qué es malo y nosotros hacemos caso. Yo te invito a ver la película, sin importar si te llega a gustar o no. Hay que arriesgarse. A lo mejor, algún día encontraremos una película que es todo lo que buscábamos pero que a nadie más parece gustarle. Puede pasar.
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