Título: La maravillosa vida breve de Oscar Wao
Autor: Junot Díaz
Datos editoriales: Mondadori.
Portada: Las silueta de alguien estrellada contra el fondo.
Primera impresión: Una historia sobre un hombre extraordinario, con un inicio no tan extraordinario.
Temática inicial: La vida de Oscar y su familia.
Personajes en general: Complejos, cada uno con personalidad propia.
Estilo narrativo: Descriptivo, reflexivo. Utiliza algunos datos históricos.
Impresión final: No era lo que esperaba, sino mucho mejor. Me dejé cautivar por la vida no solo de Oscar, sino de su madre, su hermana, su mejor amigo. Cada uno tenía realmente algo que contar, sin la necesidad de recurrir a la fantasía, como esperaba en un principio.
En su obra “El arte de la ficción”, David Lodge habla del sentido del pasado como un recurso especial para evocar el espíritu de cierta época, generalmente durante la infancia y juventud del autor. En “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” de Junot Díaz, este recurso está presente a través de la Era Trujillo. Ciertamente, este dictador existió en la vida real y murió tal como dice en la nota de pie más extensa del libro de Díaz, asesinado. Sin embargo, la vida de los personajes, sus conflictos y su asociación con Trujillo no son nada más que imaginación del autor.
Lo interesante de este recurso es que logra un sentimiento de pertenencia, más que todo en los lectores República Dominicana que vivieron en carne propia a Trujillo, y de identificación con los lectores que atraviesan etapas como las de Oscar, Yunior, Lola y Beli. Es decir, no se cierra a los problemas de la dictadura, sino que los entremezcla con los problemas cotidianos que en cualquier país se dan.
Debo añadir que, antes de leer el libro de Díaz, no conocía nada de República Dominicana. Lo más cercano a esa realidad que se hizo similar es Cuba. Jamás habría imaginado leer algo de un autor de ese país (aunque haya crecido en Estados Unidos). Siento que conozco un poquito mejor la forma de hablar de los dominicanos, su forma de pensar, sus similitudes y diferencias con mi propia cultura. Si bien la novela es ficticia, que cuente con ese sentido del pasado la hace valiosa también a nivel sociocultural.
Debo añadir que, antes de leer el libro de Díaz, no conocía nada de República Dominicana. Lo más cercano a esa realidad que se hizo similar es Cuba. Jamás habría imaginado leer algo de un autor de ese país (aunque haya crecido en Estados Unidos). Siento que conozco un poquito mejor la forma de hablar de los dominicanos, su forma de pensar, sus similitudes y diferencias con mi propia cultura. Si bien la novela es ficticia, que cuente con ese sentido del pasado la hace valiosa también a nivel sociocultural.
Por otra parte, sobre los capítulos, Lodge hace referencia a diversas formas de clasificarlos en una novela y brinda ejemplos de algunos métodos innovadores. Destaca especialmente dos criterios que se toman en cuenta para crear los capítulos: la distribución puramente espacial y la dimensión semántica. En el caso de la obra de Díaz, me parece que sigue más el segundo criterio ya que los capítulos están estructurados de acuerdo al personaje narrador y los hechos narrados en los mismos. Toda la obra habla sobre la familia de Oscar, pero cada capítulo se centra específicamente en uno de los miembros, y en uno de los amigos más cercanos de Oscar y Lola, Yunior. La extensión de los capítulos no es precisamente simétrica, se ajustan conforme a lo que los personajes narren. Personalmente creo que la historia de la madre de Oscar, Beli, es la más larga en cuanto a extensión, no obstante, eso no la marca como la principal de la historia.
Cabe destacar que cada capítulo tiene subtítulos que anticipan ligeramente el contenido del mismo. Son frases breves que no dicen mucho, pero que llaman la atención. Creo que también sirven para dar un respiro al lector, ya que muchos (me incluyo) prefieren terminar el capítulo antes de interrumpir su lectura. Aparte, los capítulos están agrupados en partes, que a mi impresión están de acuerdo al presente y pasado inmediato, al pasado remoto y al presente y futuro inmediato.
En conclusión, la novela de Díaz explota el recurso del sentido del pasado al mezclar ficción con datos reales y aprovecha las partes para organizarse temporalmente, los capítulos para ordenarse semánticamente y los subtítulos para destacar los principales momentos en la historia de cada uno de los personajes. Una buena lectura con grandes enseñanzas, tanto en fondo como en forma, para los escritores principiantes.
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