As good as bad

¿Alguna vez han conocido a alguien y pensado: “esta persona no puede ser tan buena” o “tan mala como parece”?

Yo creo que todos hemos conocido a alguien y pensado que es demasiada buena persona. Sí, alguien divertido, sencillo, humorístico, dependiendo de nuestra concepción de lo que es bueno. Pero de igual forma, hemos conocido a esa persona que no aguantamos, que pensamos en sus seres queridos y los creemos verdaderos héroes por atreverse a mantener contacto con ellos.

Nos preguntamos ante esas personas, ¿quién puede odiarlos? O ¿quién puede quererlos?, ¿y no les parece eso triste? Porque, pese a todo, hay buenas personas que son las peores para otras personas, así como hay malas gentes que para otros son las mejores.

Entonces, tengo una teoría.

Cada ser humano es tan bueno, como malo. Si alguien es realmente insoportable, es porque tiene otro lado que lo compensa y sale solo ante aquellas personas que la han sabido comprender. A esos te cuesta tomarles afecto, pero una vez encuentras su lado bueno, les soportas lo que sea.

Es igual con las buenas personas. Si es tan fácil cogerles afecto es porque necesitan que se les coja afecto ya que después, inevitablemente, encontrarás su lado negativo. Y solo ese afecto es lo que te permite soportales todo.

Jeje, al final, todos somos insoportables pero capaces de obtener afecto. No caigamos en el maniqueísmo diciendo que algo es solamente bueno o malo. Todos tenemos algo de ambos, y ese equilibrio funciona a partir de este principio.

Si eres una persona fácil de llevar, haciendo amigos por montones, recibiendo halagos, creyéndote en extremo buena gente… Cuidado. Porque así como te estimas de buena, igual lo eres de mala, solo que te es más difícil verlo.

De la misma forma, aquellos que les cuesta hacer amigos, socializar un poquito, tienen también en ellos algo que será irresistible cuando llegue a descubrirse ante alguien. Mientras más te creas una mala persona, en realidad más eres buena, solo que te cuesta más verlo.

Esto no quiere decir que los demás lo noten al rato. Claro que no. Todo toma su tiempo.

Así que, siempre que veo a una persona así de buena, sin encontrarle algún defecto grave, pienso en esta extraña balanza y sé que en el fondo, o al menos no delante de mí, es terriblemente mala. Cuesta creer muchas veces, pero estoy segura que así es.

Por ende, cuando conozco a alguien que no aguanto, sé también que tiene otro algo que compensa esa “maldad”, ese poco atractivo. 

Lo lindo es que esas medidas no son definitivas. Funcionan en base de cada uno. Por ejemplo, si yo no tolero algo, sé que hay otra cosa que me compensará tanto como ese algo. Igual, si hay algo que no me molesta tanto, es porque su contraparte es también solo un poco compensatoria. Y esto es subjetivo.

En fin, espero haberme dejado entender, sino, por favor, escríbeme.