Autor: Chris Colfer
Datos editoriales: Primera edición, febreo del 2018. V&R, Buenos Aires.
Páginas: 353
Primera impresión: Un historia de encuentro consigo mismo a través de un viaje.
Temática inicial: Un grupo de adolescente pretende hacer un último viaje juntos antes de tomar caminos separados en la universidad, al mismo tiempo que uno de sus ídolos, un popular actor, decide cometer la locura de acompañarlos.
Personajes en general: Reales, cada uno representa a conflictos actuales de nuestra realidad.
Estilo narrativo: Tercera persona, el narrador va rotando con cada personaje para contar sobre su historia, sus problemas y sus objetivos. Es dinámico, con variedad de diálogos que dan vida a la relación entre los protagonistas.
Impresión final: Satisfactorio, conmovedor. El final no es del todo predecible, y aún siéndolo, no deja de brindar esa sensación de realización para el lector que se identifique con alguno de estos personajes.
Para empezar, este libro me llamó demasiado la atención por su título, pues soy lectora asidua de fanfics y he tenido mis experiencias escribiéndolos. Me resultó divertido encontrar un libro que se proponga ser más extraño que las tantas fantasías de los fans, por eso es que le di una oportunidad y lo compré sin pensármelo demasiado.
Sobre los personajes, pensé que los podría categorizar rápidamente luego de conocerlos en los primeros capítulos. Me sorprendí agradablemente cuando me encontré con rasgos que antes no había leído con tanta sinceridad, con problemas de la actualidad que apenas están comenzando a sonar. Me identifiqué con más de uno, sentí empatía y me uní a sus batallas a lo largo de la historia. Pocos autores logran que los lectores realmente se pongan la piel de sus personajes.
La trama puede ser algo clásica, una especie de road movie en la que los protagonistas realizan el viaje de sus vidas, un viaje que les hará revelaciones y cambiará radicalmente sus vidas. Sin embargo, no por serlo es aburrida. Al contrario, muchos problemas clichés que esperaría tuvieran los personajes, no aparecieron. En su lugar el autor pensó en situaciones poco comunes, divertidas e inesperadas algunas veces. El final ya me lo veía venir, pero no fue tal como lo imaginaba y con eso me doy por sorprendida también en su cierre.
El estilo narrativo intercala prosa con diálogos sin exagerar de los mismos. Los diálogos son significativos, tal como deberían ser siempre. Como el narrador en tercera persona es omnisciente, podemos vivir la perspectiva de cada personaje sin romper con la historia en sí. En cada capítulo se aborda un conflicto distinto y nos brinda la posibilidad de atestiguar otro estilo de vida más.
Personalmente, me quedé con ganas de saber cómo seguirá la historia. A lo mejor tiene un buen cierre, pues cumple con su propósito de presentar la situación de cada personaje y su posterior solución, pero la historia me gustó tanto que pido una segunda parte.
En fin, recomiendo esta lectura tanto a adolescentes como a adultos. Para la realización personal no hay edad, y estoy segura que los problemas de cada protagonista lo tienen miles y miles de personas de toda edad. Es una lectura ligera, relajante y que despierta a la reflexión propia, lo que es muy importante. No es solo un relato más que busca cumplir fantasías, como es la naturaleza de los propios fanfics, sino que es una historia llena de inseguridad que se transforman en fortalezas. ¿Y quién no quisiera hacer lo mismo con su vida?
Felicito a Colfer y le agradezco por compartir esta novela con el mundo. Sé que es literatura juvenil, pero creo que es necesario hablar más de esos temas que los adolescentes tanto necesitan desahogar. Ahí recae el valor de este libro.
Sobre los personajes, pensé que los podría categorizar rápidamente luego de conocerlos en los primeros capítulos. Me sorprendí agradablemente cuando me encontré con rasgos que antes no había leído con tanta sinceridad, con problemas de la actualidad que apenas están comenzando a sonar. Me identifiqué con más de uno, sentí empatía y me uní a sus batallas a lo largo de la historia. Pocos autores logran que los lectores realmente se pongan la piel de sus personajes.
La trama puede ser algo clásica, una especie de road movie en la que los protagonistas realizan el viaje de sus vidas, un viaje que les hará revelaciones y cambiará radicalmente sus vidas. Sin embargo, no por serlo es aburrida. Al contrario, muchos problemas clichés que esperaría tuvieran los personajes, no aparecieron. En su lugar el autor pensó en situaciones poco comunes, divertidas e inesperadas algunas veces. El final ya me lo veía venir, pero no fue tal como lo imaginaba y con eso me doy por sorprendida también en su cierre.
El estilo narrativo intercala prosa con diálogos sin exagerar de los mismos. Los diálogos son significativos, tal como deberían ser siempre. Como el narrador en tercera persona es omnisciente, podemos vivir la perspectiva de cada personaje sin romper con la historia en sí. En cada capítulo se aborda un conflicto distinto y nos brinda la posibilidad de atestiguar otro estilo de vida más.
Personalmente, me quedé con ganas de saber cómo seguirá la historia. A lo mejor tiene un buen cierre, pues cumple con su propósito de presentar la situación de cada personaje y su posterior solución, pero la historia me gustó tanto que pido una segunda parte.
En fin, recomiendo esta lectura tanto a adolescentes como a adultos. Para la realización personal no hay edad, y estoy segura que los problemas de cada protagonista lo tienen miles y miles de personas de toda edad. Es una lectura ligera, relajante y que despierta a la reflexión propia, lo que es muy importante. No es solo un relato más que busca cumplir fantasías, como es la naturaleza de los propios fanfics, sino que es una historia llena de inseguridad que se transforman en fortalezas. ¿Y quién no quisiera hacer lo mismo con su vida?
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