jueves, 16 de abril de 2020

Book review: La Sonata del diablo [Oscar de Muriel]

Título completo: La sonata del diablo.
Autor: Oscar de Muriel.
Datos editoriales: Primera edición en México, septiembre de 2017. Penguin Random House Grupo Editorial.
Páginas: 430
Primera impresión: Una novela policíaca donde la solución está en los detalles.
Temática inicial: Un inspector cuya carrera está en riesgo es asignado es secreto a un misterioso caso junto con un compañero experto en lo paranormal.
Personajes en general: Un tanto cerrados, tienen su estructura bien marcada y difícilmente cambiarán durante la historia.
Estilo narrativo: Narrado en primera persona por el protagonista, al ser una novela policíaca cuenta con bastante descripción y diálogos extensos que pretenden brindar pistas entre líneas. Juega con las impresiones y se toma su tiempo para avanzar en la historia.
Impresión final: Siempre hay algo nuevo que aprender. Buen libro aunque entre mis favoritos.
Al comenzar a leer este libro, me vino inmediatamente a la mente los cuentos policiales de Edgar Allan Poe, pues su estilo es algo similar ya que el lector va de la mano del detective y presencia las pistas en carne propia (si se le puede decir así). 

La trama planteada es llamativa. Ian Frey, un inspector cuya carrera está en la ruina, es transferido a un caso que posiblemente sea de un imitador de Jack el Destripador, por lo que es enviado al pueblo en cuestión en secreto. Como si fuera poco, es asignado a otro inspector un tanto extravagante por el tipo de casos que le ocupan, en su mayoría sobrenaturales. Entonces vemos una lucha constante entre la superstición y la lógica durante la investigación.

Los personajes, como ya mencioné, son exactamente opuestos, a primera vista. El inglés educado y orgulloso que se preocupa por las apariencias y solo piensa en recuperar su reputación para volver a Londres. Por otro lado, McGray difícilmente se ocupa de vestir atuendos limpios, habla con total altanería, experto en malas palabras e injurias a terceros, pero es más abierto de mente y por tanto dispuesto a razonar aún cuando no esté en las de ganar. Es de esperar que empiecen con el pie izquierdo, pero que a medida que transcurre la historia, lleguen a desarrollar cierto tipo de amistad. Si bien ambos tienen personalidades muy marcadas y pasados que los definieron, creo que el autor hizo demasiado énfasis a lo profesional, de modo que los personajes resultan algo planos y predecibles.

El estilo narrativo, como el género apela, está repleto de información que ya le toca al lector discernir en su momento o esperar a las deducciones de los detectives en determinado punto. A momentos el ritmo es muy lento, mientras que en otros pasa demasiado rápido. La historia se entiende, aunque para mi gusto es una narrativa demasiado fría y objetiva.

Me gustó el giro al final de la obra, cuando uno ya está sacando sus propias deducciones y resulta que el caso no era tan simple como se esperaba. Desde el elemento central del caso como es el violín de la primera víctima, comprometido por un mito de ser el instrumento capaz de tocar la sonata del diablo. El trasfondo de esta historia se me hace muy interesante, y ciertamente no es el único libro que toca una trama similar. De todas formas, ese choque entre lo paranormal y la lógica siempre da de qué hablar, no solo en ese entonces, sino hasta nuestros días.

Es una lectura ligera ideal para mantener la mente y la imaginación activas. El género policial es muy divertido cuando uno se dispone a descubrir las pistas antes de llegar a la conclusión del detective en cuestión. Al principio es algo lenta, me costó pasar de las cien páginas. No obstante, llegados a un punto la curiosidad es tanta que uno no suelta el libro hasta satisfacer sus dudas. 

No estará entre mis favoritos, pero sí es un libro que recomiendo sobre todo para variar de lectura y probar diferentes autores. Es divertido a ratos y te sacará uno que otro detalle que no viste venir. Felicito a Oscar de Muriel por esta obra y su capacidad de plasmar tan bien esa época y región. Si por casualidades de la vida llego a encontrarme otra de sus obras, no desaprovecharé la oportunidad.

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