Supongo que hemos llegado a
cierto límite en cuanto a la “exhibición” de mujeres en la publicidad. Hay que
tomar en cuenta que la publicidad está cada día frente a nosotros, sin
discriminar jerarquía, preferencia política, orientación sexual, religión o
creencias, y, desafortunadamente, ni siquiera edad. El fenómeno de la
cosificación de la mujer comenzó hace mucho, utilizándola no sólo como
vendedora, sino como objeto con un doble sentido de venta. Entonces, ¿qué ocurre
cuando desde niños comenzamos a tener esa percepción de ellas? Finalmente, hace
una semana se inició con una campaña de concientización en Cochabamba bajo la
cual se multará con 15 mil bolivianos a las empresas y medios que hagan
publicidad sexista en espacios públicos.
Una iniciativa buena, desde
luego. Como mujer, espero no ser tan bombardeada por otras mujeres semidesnudas
ofreciéndome un producto. Sé que a muchos hombres (y también mujeres) les
encanta “contemplar” estos anuncios, pero me parece la forma más vulgar de
vender un producto. Más todavía cuando se le imprimen dobles sentidos con
slogans creativamente construidos.
Siempre me ha intrigado saber lo
que estas mujeres pensaban. Desde luego, es un trabajo más, y en tiempos de
necesidad podría ser justificable. Incluso me atrevo a pensar que hay quienes
disfrutan de ser un estimulante más, convertirse en objetos de deseo (objetos
al fin y al cabo) y expresar su sexualidad al máximo frente a una ciudad cuyo
subconsciente siempre las va a recordar. Deben anhelar sentirse poderosas,
dominantes, y mejores que las demás. Pero todo tiene su precio, ¿no? Desde
aspectos inevitables como la vejez, hasta factores un tanto más simbólicos,
como las relaciones sociales que las rodeen. Sé que el cuerpo es mayormente el
principal motivo de autoestima, y que a través de él comienza el “despertar
interés por parte de los demás”. Recuerdo fotos de fiestas y cumpleaños en
donde hay chicas que imitan a esas modelos. Exactamente qué buscan con tanta
atención. Otra vez, el amor y su hegemonía.
No quiero adentrarme en el juzgar
a estas personas. No soy nadie para hacerlo, no obstante, quiero criticar lo
triste que es tener que acudir al cuerpo atractivo de una mujer provocativa
para vender un producto. Francamente no creería que esta técnica funcionara,
aunque me he visto equivocada en más de una ocasión. Y aquí la otra cuestión:
¿Qué califico yo de sexista?
La campaña, reitero, es una buena
iniciativa, pero así como la ley antirracismo la encuentro bastante difícil de
funcionar. Para alguien una determinada pose y vestimenta será sexista, para
otra persona, podría ser aceptable y para nada sexista. Las mujeres mismas
tienen la voz en esto, porque mientras unas se visten con cuello de tortuga y
pantalones sueltos, otras preferirán soleras escotadas y pantalones ajustados.
¿Qué es sexista y qué no? Como clásicos comentarios de “pareces una prostituta”.
Nada está dicho en el mundo de la moda, no hay límites para lo que nosotras
queramos usar. A fin de cuentas, “mi cuerpo es mío y hago lo que quiera con él”,
¿no?
Pero lo sexista va más allá
incluso de la apariencia. Pienso que para que una publicidad sea considerada
sexista no sólo debe mostrar el “cuerpo atrayente” de la mujer, sino acompañarla
con alguna frase o complemento que dé a entender que no es sólo el producto lo
que se está vendiendo, y que de hecho esa mujer es parte de ese producto, luzca
como luzca. Bajo esos criterios, incluso una “bibliotecaria” podría estar
ofertando unas computadoras en una publicidad sexista sin tener que estar
provocativa. Pero claro, como eso no vende dudo que veamos un caso parecido.
De todas formas, espero que de
algo sirva esta campaña de concientización y que a pesar de los conflictos con
los que se tope encuentre un camino adelante y continúe regulando en cierta
medida las imágenes publicitarias sexistas públicas y los spots televisivos sexistas
en horarios para todo público que se encuentran abiertamente expuestos a la
vista de la sociedad. Porque si bien una conducta sexista es difícil de cambiar
en adultos, al menos evitar que jóvenes y menores de edad se vean cíclicamente
arraigados en esa mentalidad.
2 comentarios:
como molan esas chicas........
.....ups perdon
pense que era un concurso de obviedades
Y que se le va a hacer, así es este mundo, lastimando el corazón de los solitarios desde tiempos inmemoriales xD. Bueno es algo así, los medios te obligan a creer que si no tienes una "figura perfecta" no eres nadie, ni nadie se fijará en tí, mas ridículo no podría ser.
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