Portada: Una almohada en las nubes… Bastante explícito xD
Primera impresión: Novela rosa.
Temática inicial: Una mujer que ha perdido su camino y vive
por un hombre más que por amor, por rutina.
Personajes en general: Cada una de las mujeres tiene su actitud
a destacar, el resto de los personajes son satisfactorios.
Estilo narrativo: Intenso. Bastante descriptivo en cuanto a
las emociones.
Impresión final: Estilo hermosamente japonés, con una
filosofía distinta y una manera de concebir la realidad diferente a la
occidental. Te abre a nuevas ideas.
Este libro me lo prestó un
docente de la universidad, uno que, a decir verdad, esperaba que tuviera libros
así, diferentes. Es la primera novela japonesa que leí (sin contar la de
Another Note, que la leí en inglés y medio incompleta de Internet).
Al principio, me pareció
interesante. La protagonista no es como las usuales, no es ni fresa, ni oscura,
ni ambiciosa, ni creída, ni víctima, jeje. No está marcada por nuestros
estereotipos. Eso me gustó primero. Después, la trama en la que está inmersa.
La manera en que la autora la cuenta es tan emotiva, que no pude evitar
sentirme como ella, en un estado muy… agotado.
También debo recalcar las frases
utilizadas. ¡Uy! Tantas que me gustaron. Por descuido mío, devolví el libro
antes de haberlas copiado, pero sé que era geniales porque contenían realidades
tan especiales… Por ejemplo, recuerdo que la protagonista menciona que su amiga
trabajaba como acompañante para dormir, y que al sincronizar la respiración con
la de la otra persona, absorbes lo que ella tiene en mente, como sus sueños o
sus sentimientos. Es tan lindo pensar de esa manera.
En la segunda historia –son tres-,
la protagonista nos habla de su hermano y su antigua novia. Ahí ya no hay tanto
énfasis en la narradora, sino en esa novia. Honestamente es la historia que
menos disfruté, pero que igual me gustó. En esta los sentimientos ya no son tan
marcados, pero la historia te atrapa.
Y en la tercera, la narradora
retoma el protagonismo. Es una historia tan diferente y narrada con una
perspectiva tan directa, que en verdad, me golpeó un poco y me sacó una que
otra risa. Además que tiene un toque sobrenatural que me encantó. Ahí aparece
la idea de cuando un muerto quiere comunicarse contigo, escuchas una canción
mientras duermes. Otra vez, es tan lindo ese tipo de pensamiento.
Me hizo mucho recuerdo a varios
animes, aunque sé que no todo lo japonés tiene que ver con su animación, jeje.
Igual, como anime fan que soy, no pude evitar imaginarme varias de las escenas,
diálogos y escenarios como en un anime. Sería uno de los más bellos.
Al final, concluí que la historia
que más me costó leer fue la primera, pero creo que eso tiene que ver con el
sentimiento de cansancio que transmite. Las otras dos las leí en una noche,
sobre todo la tercera.
Si tuviera que elegir mi
favorita, pues elegiría la tercera, sí.
Agradezco a ese docente por
confiarme un libro tan emotivo, ¡la primera novela japonesa que leo! Y ante mi
sorpresa, la segunda de este año. ¡Uf! ¡Y eso que he leído un montón!
Felicito muchísimo a
Yoshimoto-sensei. Si alguna vez llegara a leer este review: Aprenderé de su
estilo emotivo para fomentar el mío, ya que empecé de manera similar, pero
ahora sospecho estar comenzando a enfriarme.
Muchísimas gracias, por romperme
esos estereotipos.
1 comentario:
No se preocupe que el martes se lo llevo otra vez para que lo copie... junto con Kitchen (otra obra de Banana)
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