viernes, 20 de junio de 2014

Las caras del Solsticio de invierno

En la noche más larga del año, ¿qué divertido sería encender una fogata, sentarnos alrededor y contarnos historias sobrenaturales? Pues bien, aunque no podamos encender una, nada impide reunirnos en un ambiente cálido y conocer un poco más de las distintas facetas de esta noche particularmente mística.

Existen numerosas creencias y tradiciones con respecto al 21 de junio. La gran mayoría coincide en celebración y fiesta, pero vamos a explicarlas en función a distintos ámbitos, partiendo de los datos brindados por la página Redmilenaria.com:

Ámbito simbólico. Este ámbito se refiere más que todo a un empezar de nuevo. Es decir, marca la finalización de una etapa para comenzar otra. En México, por ejemplo, hay la costumbre de realizar el ritual de la renovación de los fuegos mediante hogueras y fogatas en grupo. Al hacerlo, están purificando a su familia, para que comiencen esta nueva etapa con salud, abundancia y prosperidad, liberándose de su contaminación anterior.

Ámbito comunitario. Con esto queremos decir que, a través de rituales, algunas culturas hacían ofrendas para tener algo así como buena suerte. Los antiguos druidas, por ejemplo, encendían hogueras para bendecir sus hogares, su alimento, a su familia. Incluso creían que este fenómeno podría ayudar a los enamorados y a las mujeres que anhelaban tener un hijo. También en África, se realizan hogueras en medio de sus plazas para como un ritual para proteger sus hogares y sus campos de las malas energías. También tienen la costumbre de caminar por encima de las brasas para purificar su cuerpo.

Ámbito espiritual. Los griegos veían los solsticios como puertas dispuestas a otro mundo. Es decir, que el sol cruzaba y se metía en cada uno de nosotros. Al brillar en nuestro anterior, aprendíamos de él. Entonces lo vemos más como una fuente de superación personal. Por otra parte, afirmaban que los espíritus puros podían cruzar a nuestro plano durante el solsticio, de manera que la comunicación con seres de otros planos era más accesible. Otra cultura que concibe el solsticio de manera parecida es la hindú, que además sostiene que es posible leer el futuro a través del fuego en sus rituales. Las cenizas restantes, para un buen augurio, deben conservarse durante todo el año.

Ámbito de fe. Refiriéndonos al cristianismo, tenemos la fiesta del nacimiento de Juan Bautista. En este caso tenemos una adaptación cultural, ya que aprovecharon la importancia del solsticio para conmemorar la fe de Zacarías. La Biblia nos cuenta cómo Zacarías recibió la noticia de que sería padre en sueños, pero que no la creyó puesto que su mujer era estéril. Repentinamente se queda mudo, y permanece así hasta la llegada de su hijo Juan. Como agradecimiento a Dios, y disculpas por su falta de fe, Zacarías enciende una hoguera y salta sobre la llamas, alabándolo. De esta manera, es una fecha que también llama a que se recuperé o renueve la fe.

Ámbito natural. Como principal cultura que representa este ámbito, tenemos la aymará. En su calendario, el solsticio de invierno marca el día de año nuevo. Esto conlleva a un cierra de una época de cosecha para empezar uno nuevo.  Tienen la costumbre de hacer vigilia toda la noche para recibir con brazos abiertos los primeros rayos de sol. En Tiwanaku, luego de recibir estos rayos suelen atravesar la puerta del sol. Durante el día, se hacen ceremonias y ofrendas a la Madre Tierra, siempre en comunidad.

Desde luego, ninguna de estas culturas se limita a manejar un solo ámbito. En realidad, todas se entremezclan, en todas podemos encontrar un ámbito simbólico, espiritual o natural. Sin embargo, es importante tener presente que el solsticio de invierno tiene más de una cara, podemos mirarlo desde diferentes perspectivas. Todo se da en función a nuestra historia, a nuestra familia, a nuestra comunidad. Todo es configurado por nuestra cultura.


Entonces, ¿cómo vas a vivir este solsticio de invierno? ¿Qué significado vas a darle? Celebra esa mágica noche junto a tus seres queridos y acoge el año nuevo, comienza una etapa, renueva tu fe o recibe los primeros rayos de sol con los brazos abiertos. ¡Felicidades!

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