Hace varias semanas, cierto día, mientras revisaba rápida mi página de inicio del Facebook, encontré un par de memes con respecto a un rumor acerca de lo que sucedía en Brasil: Estaban matando a niños indigentes para tener las calles "limpias" para los turistas. Esos días no pude investigarlo mucho, pero aquí les traigo un poquito sobre este suceso.
Sé que la FIFA es una entidad muy poderosa que muchas veces es injusta. Hay varios artículos que sostienen que las principales ganancias se van para esta organización, mientras que los países anfitriones son los que más gastan sin recuperar siquiera lo invertido. Este mundial no es la excepción:
En 2007, cuando se eligió a Brasil como sede del Mundial, la economía andaba bien, y casi el 80% de los brasileños estaban contentos con la decisión. Hoy la sexta economía del mundo tiene problemas y menos del 50% de los brasileños apoya el certamen deportivo. Las marchas de trabajadores recorren las calles para protestar por los millonarios gastos que hace un gobierno con serios problemas en transporte, salud y educación.
El mundial puede ser ingrato, definitivamente. Ah, pero es la fiebre del mundo, ¿verdad? Es algo que traspasa barreras, todo tipo de fronteras y diferencias. Es algo que, irónicamente, nos une en un solo mundo. Considero esto como lo mejor del mundial. No obstante, jamás me he preguntado todo lo que realmente implica.
Desde luego que presenta un desequilibrio económico, sea cual sea el país. Por ende, representaría también un cambio político y social. Aunque bueno, desde el punto de vista de Jorge Luis Borges, el fútbol es el opio del pueblo. Esto significa que todos nos encontramos tan emocionados, tan metidos en esto del mundial, que perdemos de vista nuestros verdaderos problemas. ¿Alguna vez han visto una marcha demandante durante un partido del mundial? Francamente, estoy en parte de acuerdo con Borges, porque sí, quieras o no, el mundial atonta de alguna manera a la población. Es como el circo que arman los dueños de las grandes potencias para mantener contento al resto pese a sus injusticias.
Recuerdo que, cuando hubo un encuentro en mi ciudad con varios presidentes de otros países, el gobierno se afanó en limpiar las calles, en renovar algunos lugares, a prepararse como nunca para mostrarles una Bolivia embellecida. ¿Y los indigentes qué? Pues los subieron a varios camiones y los llevaron lejos para que no estorbaran durante la importante visita.
Es parte de este circo. Presentar los mejores escenarios para dar esa ilusión de que todo está bien, y que solo la función principal importa.
Es lo mismo que pasó en Brasil. Tenían que embellecer sus calles para la cantidad de turistas, políticos y celebridades que irían al mundial. Sé que allá la pobreza es también un grave problema, que se han formado favelas que son como colonias de personas que comparten un estilo de vida excluido al de la sociedad pudiente. Entiendo la importancia de que el mundial se realice en un país, pues brinda cierto poder político ser el anfitrión. Entonces cuidar mucho la imagen es importante. ¿Cuánto debió esforzarse el gobierno de Brasil para quedar embellecido ante los ojos del mundo?
Es aquí donde entra nuestro terrible rumor. ¿Realmente mandaron a sicarios para deshacerse de niños que supondrían un defecto enorme para la belleza brasileña?
“Los organizadores locales del torneo y gente con gran poder del país no quieren que los turistas o la prensa internacional vean las desigualdades que existen en Brasil, por eso contratan a grupos de sicarios para limpiar las calles de gente indigente”, dice un activista en el video. Una de las denuncias afirma que existen escuadrones de la muerte que han asesinado a personas sin hogar en Fortaleza, “la ciudad más peligrosa donde se ha disputado nunca un Mundial”.Esta noticia fue lanzada por un periodista que exigió que no se publicara antes de que él abandonase Brasil. A través de su Facebook, publicó lo que había descubierto con gran disgusto. Renunció a cubrir el mundial por respeto a la gente que se encuentra en grave desigualdad social.
La carta del periodista danés Mikkel Jensen pone en la mesa varios temas muy puntuales. Uno es que Brasil se ha sometido a una “cirugía estética mayor” para mostrar su mejor cara previo al Mundial de Futbol, aunque deba abandonar los programas sociales que lo destacaban a nivel internacional. Pero el segundo es todavía más delicado: que los niños de la calle (meninos da rua) son desaparecidos… y posiblemente ejecutados. Jensen abandonó Brasil después de prepararse durante dos años para cubrir el Mundial. Y lo ha hecho dejando una carta en su cuenta de Facebook en la que denuncia la limpieza de pobres de las calles de las principales ciudades brasileñas.
Muchos medios afirman que no hay pruebas de estos hechos, así que es algo oficialmente no comprobado. De igual forma, los hinchas también se han pronunciado afirmando de la falsedad de un rumor tan descabellado y absurdo. Pues bien, yo no lo tomo ni como descabellado, ni como absurdo. A decir verdad, me inclino más a creer la noticia que a dudar de ella.
Ahora, puede que el motivo de esto no sea únicamente el mundial. Pueden existir cientos de razones que obliguen al gobierno tomar este tipo de medidas. Desde luego que me repugna y me entristece mucho saber que la estética, la materialista y superficial estética, puede cobrarse tantas vidas sin sentido.
¿Qué piensas tú? ¿Rumor o realidad? Aquí te dejo el documental de Mikkel:
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