Éste fue un comentario que hice del relato de García Márquez referido al periodismo. Es que verán, estoy estudiando comunicación, por si no lo sabían, y este relato me hicieron leerlo en... mi tercer semestre, el 2010:
"García Márquez tiene razón. Pese a estar apenas comenzando con esta asombrosa y sorprendente carrera, pude sentirme identificada con muchas de sus palabras. Sin duda alguna, me he sentido defraudada y decepcionada en más de una ocasión por los profesionales ya egresados de mi carrera. Ver las noticias sensacionalistas, otras con un poco más de prestigio, pero con datos sin comprobar… Todo aquello me destroza continuamente, haciéndome preguntarme a mí misma: ¿Es lo que quiero? ¿Sumergirme en algo que se ha vuelto tan peligroso estos días, arriesgarme continuamente, exponiéndome ante una sociedad en la que ya tengo mala reputación sin siquiera haberme graduado?
Y ahora, leyendo aquel artículo con la sencilla premisa de que un periodista sin vocación no podrá serlo jamás, hace que me cuestione aún más. Me gusta escribir, considero que tengo buena ortografía y tengo principios establecidos que no dejaré corromper jamás. No obstante, no estoy segura si lograré mantenerme al ritmo de un periodista promedio, constantemente ocupada. ¿Será esa mi falta de vocación? Amo el mundo de la literatura, y simplemente no me veo haciendo otra cosa con mi vida más que escribir, pero ¿será eso suficiente?
Así como el periodismo se ha ido distorsionando con los años, la tecnología, y la manera de pensar de la sociedad, ¿llegaré a ser víctima de este cambio? Creo que es aquí donde todo cobra sentido para mí en el artículo: García está haciendo el esfuerzo, junto con otros colegas, cursos para periodistas al estilo de la vieja escuela. Ésa es mi esperanza. Mientras todavía haya gente que no se rinda ante todo este… materialismo, sé que tengo esperanza de sobrevivir en una carrera así. Creo que llegaré a descubrir mi vocación cuando comience a elaborar mis primeros artículos, porque pese a no estar segura de poder lograrlo, ya me apasiona toda esa filosofía que he aprendido hasta ahora en la carrera.
El oficio me conmueve, y siempre he querido conmover a las personas con cosas que valen la pena. Quizás sea por mi infantil aspiración de querer cambiar el mundo superficial por uno bueno, querer cambiar corazones para que vean la verdadera belleza que hay en ellos, y en el mundo. Quiero escribir por ello. Hasta la más tormentosa y atroz realidad tiene un lado bello, algo que de esperanzas, y es lo que quiero transmitir con mis escritos.
Agradezco al señor García Márquez, por hacer dar cuenta de todo esto. En su artículo pude sumirme en mi más oscuro miedo con respecto a mi carrera, pero a la vez, supo darme la incentivación que necesitaba desde que me decepcioné por primera.
Todavía hay esperanzas. Quiero intentarlo.
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